TREN TURÍSTICO "LIMÓN EXPRÉS" ENTRE BENIDORM Y GATA DE GORGOS (ESPAÑA), Y TRISTEMENTE DESAPARECIDO EN 2005.
CONDUJE EL "LIMÓN EXPRÉS" MÁS DE 400 TRAYECTOS DE IDA Y VUELTA ENTRE 1983 Y 2005.
LA FOTOGRAFÍA ES DE VICENTE SERRAT, UN GRAN AMIGO FERROVIARIO.

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SALUDOS DESDE ALICANTE

PARA LOS 600 MILLONES DE HISPANOS DE AMBOS EMISFERIOS.

VIVA LA HISPANIDAD.

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sábado, 2 de abril de 2022

TERCERA VÍA.

 




Los militares nostálgicos añoran las artes de la guerra del Antiguo Régimen, sus batallas en campo abierto, sus estrategias, sus batallas, sus derrotados y sus vencedores, el tratado de paz, sus reparaciones de guerra, su parón invernal y su vuelta a empezar en primavera. La guerra era un juego de fuerza entre las casas reales, no buscaba aniquilar al enemigo sino avasallarlo.

 

El mundo contemporáneo es totalmente diferente. Las revoluciones liberales del siglo XIX cambian las relaciones sociales y económicas, y las guerras mundiales del siglo XX transforman las guerras en totales, enfrentan naciones enteras contra otras. La Segunda Guerra Mundial enfrentó dos bloques de naciones. Cada bloque pretendía someter al otro para imponer su política, su economía y su estilo de vida.  En el siglo XXI todo se transforma en global, las materias primas, la producción, el comercio, la economía, la financiación, la guerra, el sistema político dominante y el sistema político dominado.

 

La invasión rusa de Ucrania puede ser una guerra más entre naciones vecinas por intereses territoriales, económicos, estratégicos, por “maldad” de algún gobernante... O también puede ser el inicio de un enfrentamiento económico y militar en “terreno neutro” entre dos bloques, el bloque occidental y los llamados países emergentes. Occidente ha impuesto su modelo desde que salió vencedor de la Segunda Guerra Mundial y los países emergentes actuales quieren otro reparto de las riquezas, otro modelo global.

 

Hasta ahora, Estados Unidos era la primera potencia mundial económica y militar. La dependencia a todos los niveles de la Unión Europea dentro del bloque occidental era sinónimo de seguridad, estabilidad y prosperidad. Pero como nada es eterno, la globalización económica ha debilitado la supremacía occidental. La riqueza ha huido de Occidente. El 50% de la financiación mundial está en los paraísos fiscales y una parte muy importante del otro 50% está en China. Los países emergentes concentran la producción y el consumo. El capital globalizado ya no tiene su mayor negocio en Occidente, no se identifica con ningún bloque, también es global. La primera potencia mundial ya no es Estados Unidos, la primera potencia económica es China y la primera potencia militar es Rusia.

 

Desde principios de este siglo, los países emergentes, con Rusia y China en cabeza, han pretendido terminar con la hegemonía de Occidente suprimiendo el dólar como moneda de reserva e intercambio mundial. Esta medida supondría el fin de la superpotencia de Estados Unidos. Pues ese bloque está en ello, está poniendo a punto un sistema económico y financiero mundial alternativo. El nuevo sistema tendrá su propia moneda de referencia cuyo valor se determinará a partir de una cesta de monedas de los Estados miembros. La existencia de dos sistemas económicos y financieros que competirán entre si traerá probablemente un cese de la globalización y una división del mundo en dos bloques. Seguramente la economía occidental no será la dominante.

 

            En el terreno militar, Occidente también está perdiendo su hegemonía. Mientras Estados Unidos apostó por su escudo antimisiles, Rusia ha desarrollado sus misiles hipersónicos Mach 5, o sea, capaces de alcanzar 5 veces la velocidad del sonido. El Pentágono estima que no es posible que Rusia disponga ya de ese tipo de armamento. Si Rusia dispone de misiles hipersónicos operativos, eso ‎significa que las fuerzas armadas rusas pueden alcanzar cualquier blanco en cualquier lugar del ‎mundo sin que nadie sea capaz de impedirlo, y esos misiles son capaces de transportar tanto ‎cargas convencionales como cargas nucleares. ‎En otras palabras, si Rusia dispone realmente de armamento hipersónico eso quiere decir que el ‎arsenal de las fuerzas armadas de Estados Unidos y de la OTAN ya están obsoletos. ‎

 

            Es probable que, en Ucrania, Occidente se esté jugando su modelo económico y militar que hasta ahora le ha permitido dominar el mundo. La tragedia para los europeos es que la guerra, entre los dos principales protagonistas, no es en la estepa siberiana ni en el desierto de Arkansas, sino en Europa. Lo triste para la Unión Europea es su dependencia energética de los dos bloques. El desastre de la Unión Europea es la falta de una política común de todos sus miembros, de una diplomacia común capaz de navegar entre dos corrientes, de hacer frente, o acercarse, cuando convenga a cualquiera de los dos bloques.

 

Firmado.: Luis Perant Fernández

INFORMACIÓN

martes, 15 de marzo de 2022

ESPIRAL DE GUERRA.

 





            Nadie queremos la guerra. Toda guerra es irracional. Ninguna guerra es santa o justa. Pero Europa está de nuevo en guerra. Esta guerra está matando y expulsando inocentes de Ucrania. Debemos parar esta guerra antes de que se convierta en mundial. La invasión de Ucrania es la chispa, y la internalización del conflicto sería la bomba atómica. Para resolver esta tragedia y parar la espiral de guerra, es necesario contemplar un escenario amplio de protagonistas e intereses. Las guerras actuales son totales y globales, el enfrentamiento no es sólo militar, sino también económico, comercial y psicológico. Los medios de comunicación e internet son armas tan poderosas en cada bando como son las militares. Mi punto de vista es uno más, no soy adivino, y mi calificativo de politólogo no garantiza ninguna certeza.

 

            Puede ser que el ataque ruso a Ucrania sólo sea obra de Putin y sus elucubraciones. No lo creo. Antes de emprender esta cruzada, Rusia ha calibrado sus fuerzas, el apoyo de sus aliados, los tiempos, y por supuesto los del bando de Occidente también.

 

            A principio de este milenio se empezó a hablar de los BRIC (Brasil, Rusia, India, y China), eran los llamados países emergentes, y actualmente son los motores económicos mundiales. Acaparan las materias primas, la producción, el comercio y las inversiones, pero no son precisamente referentes democráticos. Las Constituciones de Brasil, Rusia e India son formalmente democráticas, sin embargo, los poderes tradicionales son los que dirigen el estado y los negocios. El caso chino es el más alarmante. China está gobernada por una oligarquía militar-comunista. China se ha convertido en la primera potencia económica mundial y Rusia en la militar. Ambos pretenden desafiar el mundo occidental y su estilo de vida democrática. Las actuales democracias occidentales han cedido protagonismo económico a estos países que persiguen otro reparto de los recursos mundiales, que promueven otros sistemas políticos y otros estilos de vida.

 

            El desafío económico viene desde 2009 cuando China, Rusia y Libia pretendieron cuestionar el predominio del dólar estadounidense como moneda de reserva e intercambio mundial. Libia fue más allá y creó la primera moneda del mundo con su valor garantizado en oro y en Derechos Especiales de Giro del Fondo Monetario Internacional, y la iba a adoptar para su país. Esto habría significado el fin de la superpotencia militar y económica estadounidense. Adiós a la maquinita de imprimir dólares para el mundo entero. Todos sabemos cómo terminó Muamar el Gadafi, y nadie sabe dónde está la reserva de oro de Libia, que era la mayor del mundo. En resumen, Rusia tiene aliados potentes a nivel económico.

 

            En el terreno militar, Rusia tampoco está sola, tiene un aliado natural, China, frente a un enemigo común, Estados Unidos. Rusia se siente amenazada por las bases militares de la OTAN en Europa, y China por las bases americanas del Pacífico. La línea roja para Rusia son Ucrania y Bielorrusia, y para China es Taiwán. Además, China levantó la voz de alarma el pasado año cuando EE. UU., Australia y Reino Unido firmaron el acuerdo AUKUS que permitirá a Australia desarrollar submarinos nucleares y patrullar el Pacífico. En resumen, Rusia tiene un aliado potente a nivel militar.

 

            No debemos decir que la Unión Europea esté en medio de este conflicto entre dos bandos externos porque la UE es parte integrante de la OTAN y de Occidente. Sí podemos decir que la UE no es parte activa de Occidente, que siempre va a remolque de EE. UU. Un ejemplo muy significativo fue cuando Donald Trump fue elegido Presidente, vino de gira a Europa, puso firme a todos los Presidentes europeos y les obligó a aumentar el gasto militar de la OTAN. Esta medida podía responder a un peligro militar de Rusia hacia Europa o a una necesidad de la industria armamentista americana.

 

            En resumen, debemos parar esta espiral de guerra antes de que se extienda más y ambos bandos recluten nuevos aliados. Turquía, miembro importante de la OTAN no desprecia el dinero de los oligarcas rusos, Israel, fiel aliado de EE. UU. no condena abiertamente la invasión rusa por tener intereses económicos en ambos bandos, y la India sigue comprando petróleo ruso a buen precio. La Unión Europea debe jugar un papel activo en las negociaciones de paz, debe actuar con voz propia. Las medidas que apruebe la UE, en el Consejo Europeo y Comisión Europea, sean de tipo militar o económicas deberían ser de obligado cumplimiento para todos los países miembros. Es hora de que la Unión Europea pase de la unión monetaria a la unión política y militar.

 

Firmado.: Luis Perant Fernández