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sábado, 18 de junio de 2016
PRODUCTO DE LAS POLÍTICAS PÚBLICAS.
No pienses que en otras culturas y
épocas, los individuos son o fueron mejores o peores que ahora. Las
generaciones son diferentes porque siempre, en cada época, lugar, cultura y
religión, “el modo de producción, el nivel tecnológico y el sistema educativo
de cada sociedad configuran las relaciones sociales y moldean a sus
individuos”. Es como si en cada lugar y época, toda generación estuviese
formada por individuos clonados, exceptuando una minoría de ciudadanos
pensantes que nunca se deja encasillar completamente.
Para que nadie escape del control,
el poder político “facilita, promociona y subvenciona” la agrupación de esa
minoría discordante en asociaciones y grupos “de moda”, para tenerlos
catalogados y “a mano”, por ejemplo: ecologistas, nacionalistas, feministas,
homosexuales, anarquistas, artistas, intelectuales, extremistas a la izquierda,
extremistas a la derecha, activistas altruistas de Ong ´s institucionales, en
asociaciones políticas, sindicales, profesionales, reivindicativas, culturales,
deportivas, vecinales… El “divide y vencerás” cobra aquí todo su esplendor y
eficacia como instrumento político de Poder. Sin embargo, en un sistema
político democrático “no intervenido”, el asociacionismo debería ser voluntario
o como mucho canalizado, pero no subvencionado, porque en todo negocio o actividad, el que paga
manda.
En una Sociedad sin tutelas ni
prejuicios sólo deberían existir dos grupos de ciudadanos, los buenos
ciudadanos que cumplen las normas y las leyes, y los malos ciudadanos que por
norma no cumplen las leyes. El Estado debería primar y promocionar a unos, y,
sancionar y reeducar a los otros. Una Sociedad avanzada, globalizada y
democrática no debe prejuzgar al ciudadano por su raza, etnia, género, lengua,
religión, ideas políticas, sexualidad, afiliación, estatus social…, sino por su
integración y cumplimiento de las normas y leyes de dicha Sociedad.
Somos el producto de la
socialización y políticas públicas de nuestros gobernantes, pero también el producto
de nuestro pasado, época y cultura. Por tanto, cuanto antes recuerdes y ordenes
el proceso por el cual has llegado a ser lo que eres, menos te sorprenderán tus
ideas y comportamiento en cualquier conflicto de interés, y mejor comprenderás
las ideas y comportamiento de los demás. Sin olvidar que cada uno de nosotros captamos
la misma y única realidad sirviéndonos de nuestros sentidos, pero
interpretándola según nuestra cultura y nuestros conocimientos. Es decir, que
un mismo acontecimiento marca y moldea de forma diferente a cada uno de
nosotros. También es cierto, que ese mismo acontecimiento pasa desapercibido
para otros ciudadanos, y por tanto, ni los mejora ni los empeora.
Tu cultura, tus conocimientos y tus
vivencias determinan tus sueños y tus pesadillas. Tus sueños te acompañan y tus
pesadillas te persiguen, ambos hasta la muerte. Por tanto, no asistas como
simple espectador a tu paso por esta vida, opina de la Sociedad, participa en
Política. Este mundo también es tuyo, es de todos.
Fdo.: Luis Perant Fernández