El Nacionalismo es un instrumento político eficaz en cualquier sistema político, sea comunista/fascista, conservador/liberal, capitalista/socialista, democrático /demagogo, y promovido por una oligarquía social, económica o militar para ejercer el poder político. La ideología nacionalista es el arma política principal de todo Gobierno oligárquico.
El Nacionalismo es una ideología
política que apela a los sentimientos de los individuos y borra al ciudadano,
tergiversa la historia, dicta la cultura y lengua con su sistema educativo y
manipula las emociones con actos multitudinarios para exaltar símbolos
excluyentes.
El Nacionalismo predica el retorno,
o el mantenimiento de una cultura y época histórica concreta, y ninguna
otra, para encasillar y aislar al súbdito de cualquier contaminación
forastera. Promete el paraíso para los patriotas a cambio de coger las armas
contra todo enemigo de la Nación y dar la vida por la Patria.
El Nacionalismo olvida que la
Cultura y la Historia avanzan a la par que la Teoría de la Evolución de Darwin, que
no hay vuelta atrás, porque todo acontecimiento modifica el presente por
acumulación, y no por supresión.
En el S.XIX, todas las burguesías
europeas conquistaron riquezas en su expansión colonial gracias a la ideología
nacionalista que fue clave para armar ejércitos y destruir/saquear Imperios.
El Nacionalismo en la Europa del
S.XX alcanzó tal grado de chovinismo que fue el combustible de las dos
Guerras Mundiales, que a su vez fueron consecuencia de la ambición del nuevo
sistema liberal colonialista mundial.
En las décadas de los años 50 y 60
del S.XX, la propaganda oficial de los Estados europeos para construir el
Mercado Común fue: “Superar los nacionalismos europeos y no repetir los 100
millones de muertos de la 1ª y 2ª Guerra Mundial”.
A pesar de estas dos tragedias,
todos los sistemas políticos mundiales siguen empleando la ideología
nacionalista como arma política de dominación de masas, ahora en dosis
controladas, pero no menos peligrosa, como se ha comprobado en la guerra de los
Balcanes. Algunos Regímenes Políticos van más allá, y al Nacionalismo añaden
Religión, formando un cóctel explosivo.
Ahora la oligarquía gobernante
europea administra la ideología nacionalista para dividir la ciudadanía europea
y contrarrestar el principio democrático, tanto en los Estados miembros como en
la Unión Europea. De lo contrario, no podría entenderse que los “lobbies
transnacionales” sometan a los ciudadanos europeos con políticas
antisociales, gracias al Sistema Político de la Unión Europea hecho a la medida
de las multinacionales, y que no es democrático.
En cuanto la oligarquía financiera europea
sea incapaz de seguir alterando el sistema democrático con la ideología
nacionalista, forzará el cambio del sistema político, o por lo menos pondrá
todo su empeño, sin escatimar medios y sin importarle los daños colaterales
aunque sean Revoluciones.
Fdo.: Luis Perant Fernández