Los españoles que hemos estudiado, trabajado y vivido muchos años en el extranjero, conocemos el complejo de inferioridad y el menosprecio que el mundo anglosajón y europeo somete a la Historia de España. Los españoles, no es que seamos invisibles para ellos, es que además, tienen un relato generalizado de desprecio. Y muchos españoles de aquí han hecho suyo ese relato. Todo lo nuestro es inferior, y todo lo anglosajón y europeo protestante es maravilloso y verdadero. Despreciamos a nuestros compatriotas hispanoamericanos por pura ignorancia, y nos sorprendemos del apoyo de los jóvenes españoles a partidos políticos anticonstitucionales y pro-fascistas. Con lo fácil que es encontrar la causa, porque la tenemos delante de nuestras narices: los archivos están repletos de documentos históricos.
¿Qué Historia de España reciben nuestros jóvenes en la Escuela
Pública? ¿En qué han estado pensando y trabajando todos nuestros intelectuales
en estos últimos 50 años de democracia? No hay que ser muy inteligente para
saber que si el Sistema Educativo Público no enseña la Historia de España,
otros grupos organizados enseñarán su Historia en beneficio propio. Por
desgracia, esto no es una novedad, ni antes ni ahora.
Los poderes fácticos españoles siempre
han acaparado el poder para gestionar la Hacienda del Estado en beneficio
propio: Monarquía, Iglesia, Ejército, Poder Judicial, aristocracia, terratenientes,
banqueros, conservadores, liberales, ... Siempre haciendo coaliciones entre
ellos y, siempre también, teniendo como cómplice alguna potencia extranjera con
sus propios intereses. El Poder se mantiene en el tiempo dictando la enseñanza oficial
y la Historia en todos los niveles territoriales del Estado. Este panorama
define la política española desde principios del siglo XVIII, precisamente con
la llegada de los Borbones, y hasta la actualidad. Debemos conocer y comprender
nuestra Historia llena de caciques, pucherazos, pronunciamientos militares, revoluciones,
golpes de Estado, atentados, monarquías, repúblicas, dictaduras, democracia, Guerra
Civil, Constituciones... para recuperar nuestra Memoria Histórica. Es hora de
que el contenido de la Historia de España esté consensuado y blindado en la
Constitución.
Sabemos mucho de los cinco siglos del
Imperio Romano, sin embargo, de la hegemonía del Imperio Español de los siglos
XVI, XVII y XVIII sabemos muy poco. Si no conocemos nuestra Historia, nunca
comprenderemos el presente y menos podremos elegir el futuro. Recuperaremos la
autoestima colectiva cuando los 600 millones de Hispanos conozcamos la Historia
del Imperio Español.
El Imperio Español no tuvo colonias.
Ningún territorio era propiedad de España. A semejanza del Imperio Romano, todo
el Imperio era España. Los súbditos de Castilla, Aragón, las Indias, Filipinas,
etc. todos eran españoles con los mismos derechos y obligaciones. Con el
desmoronamiento del Imperio, al territorio peninsular europeo se le colgó el
sambenito de “España”.
En realidad, con la caída del Imperio,
España desapareció para siempre. La denominación “España” debió desaparecer,
porque el peso de la Historia de los tres siglos del Imperio Español es un rico
Patrimonio Histórico de todos los españoles de aquella época, pero, también es
herencia de todos los Hispanos actuales. La península sólo era una porción muy
pequeña de aquella España que nunca podrá recomponerse. Sin embargo, todos los
Estados resultantes de aquella descomposición tenemos en común la misma Cultura
Hispana. Por tanto, una unión política y económica es factible y deseable para
escapar del vasallaje anglosajón y europeo.
Si los Hispanos queremos competir en
pie de igualdad en este mundo globalizado del siglo XXI, es imprescindible
conocer la verdadera Historia de la Hispanidad para recuperar nuestra
autoestima. Para ello, debemos estudiarla, promocionarla y protegerla porque es
patrimonio de los 600 millones de Hispanos. Es importante conocer que la
conquista de Las Indias la hicieron los indios, y la independencia de los
Virreinatos la hicieron los criollos, temerosos de perder el poder económico
con la Constitución liberal de Cádiz de 1812. Anterior a la invasión
napoleónica de la península, ningún territorio deseaba su independencia del
Imperio.
Por desgracia, la Historia que
conocemos del Imperio Español la escribieron franceses y anglosajones,
precisamente los enemigos del Imperio. Y por consiguiente, de los tres
siglos de la supremacía española del comercio marítimo mundial, de la hegemonía
mundial del real de a ocho de plata, del Sistema Político Virreinal, de las
Leyes de Indias y de las aportaciones científicas e intelectuales de la Escuela
de Salamanca, los Hispanos no sabemos nada.
Anterior al Imperio Español, cada
continente tenía su raza. Las civilizaciones y culturas eran impermeables, no
se mezclaban. Sin embargo, la Hispanidad perdurará para siempre porque es una
Cultura Mestiza Integradora Irrepetible: la única Civilización que nació de la
unión y fusión de lo mejor de dos Continentes, diferente a las demás
Civilizaciones y Patrimonio de los 600 millones de Hispanos.
Firmado: Luis Perant Fernández.

