viernes, 15 de septiembre de 2017
POLÍTICA METAFÍSICA.
En la Antigüedad, los griegos decían
que la PHYSIS, o naturaleza, es la
porción del mundo que podemos captar con nuestros cinco sentidos, pero que
existe otra parte infinita de la realidad que los hombres son incapaces de
percibir. A esos fenómenos invisibles para el ser humano, pero que ellos aseguraban
su existencia, les llamaron NOÚMENOS,
en oposición a los FENÓMENOS que sí
podemos ver o sentir. Es lo que el filósofo Immanuel Kant denominó:
“conocimiento racional puro” en oposición al “conocimiento sensible”.
Ese ejercicio de abstracción de los griegos
antiguos fue el punto de partida primordial y esencial para el inicio de las
Ciencias Naturales y Sociales, y su posterior desarrollo tal como las conocemos
hoy día. Asegurar la existencia de los noúmenos alentó investigar lo que no se
ve, pero que la razón insiste en su presencia, por ejemplo: las matemáticas, la
teoría atomista de Demócrito, el magnetismo, las ondas electromagnéticas, la
electricidad, la electrónica, la fisión y fusión nucleares, la biología celular
y molecular, la informática, la telefonía móvil…
En CIENCIA POLÍTICA es difícil distinguir entre conocimiento sensible
y conocimiento racional puro, pero aún más entre Ciencia y Política. Y no
tanto por la Ciencia y la Política, sino por los inmejorables actores-intérpretes
sociales. En toda sociedad, lugar y época, la CLASE DOMINANTE perpetúa su poder y su supremacía económica monopolizando,
administrando y adjudicando el vasto espectro de ideologías políticas y
religiosas; su CLASE POLÍTICA cumple
los objetivos y legitima su alto estatus social disfrazando esas ideologías clasistas
y negocios elitistas en Ciencia Política; y su CLASE RELIGIOSA, dirigente de todos los cultos, justifica y rentabiliza
su trabajo cuando sus fieles llegan a confundir fe con razón y teología con Ciencia,
la de los noúmenos, la que no se ve, y precisamente por ello cada cual puede especular
y asegurar cualquier existencia. Al igual que en física la energía no se
destruye sino que se transforma, en política, el PODER no se arrebata y se destruye, sino que se autoalimenta y se auto
transforma para sobrevivir a cualquier alteración, y rara vez cambia de manos.
¿Y cuál es la moraleja de esta
historia, si es que la tiene? Pues la mía, me la callaré. En POLÍTICA no dejes que otros te regalen
todos los ingredientes cocinados y masticados, porque en esta sociedad política
nada es gratuito, todo tiene un precio para el administrado y un beneficio para
el administrador. Pero como los conocimientos no son innatos ni privativos,
puesto que cada uno los aprende en un proceso interminable de formación y los
aprehende a lo largo de toda una vida, pues nadie está en posesión de la verdad
absoluta, ni de la visible, ni de la razonada. Piensa por ti, pero con
conocimiento racional puro instruido, luego existirás.
Fdo.: Luis Perant Fernández