Los
Presupuestos Generales del Estado de 2013 dicen que tenemos que pagar 48.000
millones de euros de intereses. La devolución de la deuda contraída por todas
las administraciones públicas, los bancos privados y las cajas de ahorro,
supondrá más recortes en los servicios públicos y más desempleo para 2013. El
por qué hemos llegado a esta situación ha llenado miles de espacios
informativos con opiniones para todos los gustos. El cómo saldremos de esta
crisis parece un juego de azar, cada ciudadano tiene su solución. Sin embargo,
los partidos políticos, esos que según la Constitución deben formar Gobierno
para dirigir la sociedad, parecen estancados y sin ideas.
El
Partido Popular ha dejado clara su solución: no le temblará el pulso a la hora
de aplicar la política neoliberal impuesta por la Unión Europea, aunque suponga
hundir en la miseria a la mayoría de los españoles, incluido su electorado fiel
y tradicional de derecha. El Psoe, con soluciones a destiempo ha perdido la
confianza de los progresistas, incluido los socialistas de toda la vida.
Izquierda Unida, con tal de arañar cargos de poder, es capaz de aliarse con el
mismísimo diablo, es decir, con su enemigo natural: la derecha nacionalista
independentista. Y la palma se la llevan los partidos nacionalistas
separatistas, su solución pasa por culpar al supuesto centralismo español de
todos los males. Si consiguen la independencia, por arte de magia todos los
males desaparecen y la etnia vivirá de nuevo en el edén recuperado.
Nos
guste o no, estamos integrados en la Unión Europea y ésta es la que dirige la
política económica en todos los estados miembros. Los Gobiernos de los Estados
nacionales son meros administradores. La política europea se gestiona en el
Consejo Europeo y las decisiones se toman, algunas por mayoría y otras por
unanimidad de los 27 estados miembros. Cada país, según su población, tiene un
número de votos. Alemania, Francia, Reino Unido e Italia tienen 29 votos cada
uno. Malta, el país más pequeño tiene 3. Detrás de los 4 grandes están España y
Polonia con 27. No es cuestión de quejarse, porque a Alemania, pues la UE le va
muy bien. Posiblemente, nuestros políticos y funcionarios no tengan la
suficiente preparación para defender los intereses de los españoles en las
instituciones europeas, y no vayamos a pensar otros motivos.
Pues
bien, todos los partidos políticos españoles importantes, incluidos vascos y
catalanes, están presentes en el Parlamento Europeo. Incluso, en cada
Parlamento de los países miembros, en el español también, hay una comisión
encargada de controlar toda la legislación procedente de Europa y la actividad
de los Gobiernos nacionales en el Consejo Europeo. Desde 1986, ¿qué sabemos de
este control?, parece más bien que haya silencio y connivencia entre todos los
partidos y todos los personajes que han desfilado por esos cargos. Todos son
culpables de que el Banco Central Europeo no financie las políticas económicas
de los estados miembros. Todos son cómplices de que los estados miembros acudan
a los mercados financieros privados para financiar la administración y el
sector públicos. También todos son culpables de la mala administración, del
consiguiente endeudamiento de la Hacienda pública y de la privatización de lo
público.
Alguien
debería explicar a los independentistas que la adhesión de nuevos estados en la
Unión Europea la aprueba el Consejo Europeo por unanimidad de los 27 estados
miembros. En el supuesto del sí de España a la adhesión de Catalunya, ¿quién
gobernaría en Barcelona?, los catalanes malos o buenos, los de derecha o los de
izquierda, los honrados o los corruptos, los ricos o los pobres… ¿Y qué poder tendría
Catalunya en Europa con 10 votos?
La
hipotética desaparición del Estado Español sólo deberá producirse en un proceso
de integración hacia adelante, es decir con la culminación de la Unión Europea
como Estado, nunca hacia atrás con la independencia de las actuales Comunidades
Autónomas. La Unión Europea no puede estancarse en la Unión Monetaria, debe
culminar en una Constitución europea. Los partidos progresistas de izquierda
deben explicar que esta crisis está provocada por la política neoliberal del
Consejo Europeo, y que la única alternativa es una política progresista de
crecimiento en Europa. Para ello, deben abrir un debate político público sobre
la democratización y la alternancia política en las instituciones europeas.
Claro, todo este proceso sólo es factible con la venia de los lobbies
empresariales y financieros, a menos que los partidos políticos reivindiquen su
independencia. La crisis económica global actual debe servirnos de escarmiento,
debe enseñarnos que los lobos, disfrazados de “mercados”, viven en Bruselas, y
si no participamos en la doma, nos devoran.
Fdo.;
Luis Perant Fernández
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LOS MÁS DÉBILES SIEMPRE PIERDEN, EN ESTE CASO, SUS CASAS. |
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PARA LLEGAR A ESTA SITUACIÓN,
MUCHOS LADRONES DE CUELLO BLANCO HAN PARTICIPADO EN
EL ENGAÑO COLECTIVO DE LOS CIUDADANOS
Y EN EL SAQUEO DE LO PÚBLICO.
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