TREN TURÍSTICO "LIMÓN EXPRÉS" ENTRE BENIDORM Y GATA DE GORGOS (ESPAÑA), Y TRISTEMENTE DESAPARECIDO EN 2005.
CONDUJE EL "LIMÓN EXPRÉS" MÁS DE 400 TRAYECTOS DE IDA Y VUELTA ENTRE 1983 Y 2005.
LA FOTOGRAFÍA ES DE VICENTE SERRAT, UN GRAN AMIGO FERROVIARIO.

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SALUDOS DESDE ALICANTE PARA

LOS 500 MILLONES DE HISPANOS DE AMBOS EMISFERIOS.

VIVA LA HISPANIDAD.

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martes, 30 de junio de 2009

LA CRISIS ECONÓMICA BAJO SOSPECHA

Los mismos expertos que no supieron detectar la crisis, ahora tienen remedios para terminar con ella. Incluso hay oportunistas que sacan del cajón viejas reivindicaciones que nada tienen que ver con las causas de la crisis económica. Se pueden guardar todas sus recetas, técnicas y discursos económicos porque la causa de la crisis es política, y por tanto las soluciones también serán políticas. Inevitablemente debemos recurrir a la Historia si queremos entender el presente.
Al término de la Segunda Guerra Mundial, los vencedores diseñan un modelo económico mundial a su medida. EE.UU. es el gran beneficiario, el dólar es la moneda mundial, tiene paridad fija con el oro y todas las demás fluctúan con la balanza de pagos. Su industria intacta y fortalecida por la guerra abastece los mercados mundiales, además consigue iniciar la descolonización de los antiguos imperios para controlar todos los mercados de materias primas. El Reino Unido, por mucho que intenta defender sus intereses, sólo consigue legitimar los paraísos fiscales. Con la descomposición de su Imperio y la política de nacionalizaciones de posguerra, las grandes fortunas británicas necesitan refugiarse de la Hacienda Pública. Para armonizar, gestionar y controlar, se crea el Fondo Monetario Internacional (FMI), organismo dependiente de las Naciones Unidas. Cualquier país que necesite financiación deberá recurrir al FMI. Para concederla, éste impondrá condiciones económicas muy estrictas que equivale a tutelar su economía.
Este modelo funciona hasta principio de los años 70. Las nuevas generaciones se rebelan contra la clase política envejecida que gobernaba Occidente desde el fin de la guerra. Exigen participación política, pero también mayor consumo y estado de bienestar. A estas peticiones sociales se unen los gastos militares de EE.UU. en Vietnam. Esta falta de recursos colapsa el modelo económico. El patrón oro da paso al dinero fiduciario. La economía deja de estar limitada por la cantidad de oro de la Reserva Federal de EE.UU. Se descubre una nueva mina de oro, pero mucho más rentable porque es virtual. El modelo productivo ya no se basa en los sectores primarios y secundarios. El nuevo protagonista es el sector terciario o servicios que hasta ese momento era considerado no productivo. La nueva riqueza se basa en la actividad económica. No importa que sea lícita o ilícita, ecológica o contaminante, moralmente aceptada o rechazada, productiva o especulativa, puesto que lo nocivo engendra a su vez actividades correctoras. Los Bancos Centrales sólo deben controlar la cantidad de dinero en circulación para que la producción de bienes y servicios se ajuste al consumo. Los desajustes supondrían inflación en un extremo, o exceso de stock y desempleo en el otro. Esto se consigue a través de los bancos y cajas con una política crediticia ajustada a cada momento. Los Estados sólo tienen que recoger su beneficio en forma de impuestos de todas las actividades. Este modelo favorece la especialización, la descentralización, la globalización y, por supuesto, la especulación. No es perfecto, pero es evidente que ha cumplido su misión de elevar el nivel de consumo y bienestar a escala mundial.
Es aquí donde empiezan los problemas actuales. Los países especializados en la producción manufacturera, los países emergentes, necesitan cada vez más financiación. Para eludir los requisitos rígidos del FMI, éstos buscan en el “mercado negro de capitales”. A su vez, los paraísos fiscales se han transformado, ya no son una caja fuerte donde esconder los dólares convertibles en oro, el dinero fiduciario necesita circular para no devaluarse .También con la globalización, las empresas transnacionales recurren a los paraísos para hacer negocio con empresas ficticias y evadir impuestos. Pero hay más, las actividades ilícitas al ser productivas, se han expandido, y el dinero que mueve el tráfico de drogas, de armas y blanqueo de dinero, también se canaliza a través de los paraísos fiscales. Se calcula que el 25% de la financiación mundial está en sus manos, y por supuesto para rentabilizar su capital han creado su mercado negro. Esta situación por si sola es peligrosa porque pone en peligro la autoridad de las instituciones mundiales, y también porque los Estados tienen menos ingresos y no pueden mantener el nivel de bienestar alcanzado hasta ahora. Aún siendo una situación ineficiente, el poder económico tiene tanto poder político que esta situación se ha mantenido hasta que el actual equilibrio mundial se ha visto amenazado.
A ese mercado negro acuden en busca de financiación todo tipo de agentes, tantos los lícitos como los ilícitos, unos sólo para eludir al FMI y otros para poner en peligro el sistema occidental. Los grupos armados, desde los piratas somalíes hasta los talibanes, pasando por Al-Qaeda, Hamás y otros, necesitan financiación para armarse y mantener su estructura. Pero últimamente se ha dado un paso aún más peligroso, la amenaza nuclear es una realidad. La tecnología atómica de Irán y Corea del Norte se ha pagado con dólares y euros, y los paraísos fiscales han canalizado ese dinero negro y su financiación. Esta situación es insostenible porque Occidente está en peligro y no dispone de recursos militares para controlar tantas regiones hostiles. Además, otros países están a la espera de seguir el ejemplo y rebelarse contra la autoridad occidental.
Sólo esta situación límite justifica la reacción drástica de Occidente de cortar la financiación a escala mundial. Hay que enfriar la economía mundial para poder controlarla. En las reuniones del G8, G20 y de la ONU se están coordinando las medidas que permitan a Occidente volver a dominar la economía y terminar con el mercado negro financiero. Para ello hay que canalizar los recursos de los paraísos fiscales a través del FMI. Por otra parte, el FMI cambia su política y concede líneas de crédito flexibles a los países demandantes de financiación que nada tienen que ver con los anteriores préstamos rígidos. México ya se ha beneficiado de la nueva modalidad y otros países están en trámite de conseguirlo, entre ellos, algunos europeos. El G20 enfría la economía anulando la financiación local pero también reduciendo la velocidad de circulación del dinero mediante una campaña mundial de desconfianza, lo que produce una caída brutal del consumo. Esto obliga a los países ricos a sacar al mercado grandes cantidades de dinero, en forma de gasto público y financiación blanda al sector privado para paliar los desajustes estructurales y sociales, pero también para abastecer de fondos al FMI y hacer frente a los paraísos fiscales contrarios a las nuevas normas. Paralelo a las acciones económicas, el frente militar también es activo, Obama no cesa de pedir más recursos a Europa para controlar Afganistán e Irak, y Pakistán está en estado de guerra aunque no haya cámaras de televisión en esta ocasión. El frente diplomático tampoco descansa, el peligro nuclear hay que combatirlo de momento buscando aliados, y en ello está Obama con sus continuos viajes.
Por supuesto que en el bloque occidental hay discrepancia en cuanto a las medidas a tomar. Alemania y Francia desearían reducir o terminar con el negocio de los paraísos fiscales porque, por tradición, sus sociedades son revolucionarias y necesitan más ingresos para mantener el estado de bienestar. Por el contrario, EE.UU. y el Reino Unido se conforman con gestionar los recursos de los paraísos fiscales a través del FMI, porque sus respectivos poderes económicos exigen al poder político mantener sus privilegios fiscales. Los países emergentes, Brasil, Rusia, India y China (BRIC) forman bloque para conseguir mayor peso en el nuevo modelo económico. No olvidemos que tres de ellos tienen tecnología atómica para dar y vender, y además, controlan en parte el negocio de los paraísos fiscales. También es evidente su mayor influencia sobre Irán y Corea del Norte. De cualquier manera, la salida de la crisis llegará cuando toda la financiación mundial se canalice a través del FMI y su duración dependerá del éxito de Occidente en aplicar las medidas de coacción hacia los paraísos fiscales. Además, una vez sometidos los paraísos, la recuperación no será inmediata puesto que el relanzamiento de la economía tendrá que ser lento. Con la cantidad de dinero que se ha inyectado al mercado, se corre el peligro de una hiperinflación si se acelerar en exceso el calentamiento de la economía. Claro está, que si la recuperación es demasiado lenta podría producirse disturbios sociales. En saber imprimir la velocidad adecuada estará también la clave del éxito. Mientras tanto en España, unos añoran la época del ladrillo y exigen reformas laborales, y otros, suplican financiación y trabajo. Ambos están en el limbo.
No quiero transmitir ningún pesimismo, pero tengo que expresar mi opinión hasta el final. La crisis económica es el primer paso de la guerra de supervivencia de Occidente. En caso de fracaso, en cuanto a terminar con el mercado negro de capitales, el siguiente sería el bloqueo comercial de los paraísos fiscales reticentes a canalizar su negocio a través del FMI. También vendrían escaramuzas militares a grupos armados y países anti sistema occidental que no acaten las reglas del nuevo sistema económico mundial, todo esto al margen de los frentes militares ya abiertos. Por último, la amenaza nuclear debe desaparecer para Occidente. El frente diplomático intentó sin éxito aislar el suministro de tecnología nuclear. Ahora sólo queda integrar a Corea del Norte e Irán en el sistema mundial, pero claro está, cediendo a sus peticiones que serán proporcionales a su amenaza militar. Tampoco es de descartar la injerencia en los asuntos internos de estos países para desestabilizar y conseguir gobiernos afines. Las dos Guerras Mundiales del S.XX tuvieron lugar para establecer la supremacía de un sistema político-económico sobre otro. En este momento, Occidente está dispuesto a emplear todos sus recursos económicos y militares para mantener su modelo mundial y su hegemonía.

Fdo.: Luis Perant Fernández

http://foros.expansion.com/politica-y-economia/92045-crisis-economica-sospecha.html
http://www.bottup.com/200911075082/Economia/la-crisis-economica-bajo-sospecha.html
http://www.alicanteactualidad.es/op.php?co=64







DAMA DE ELCHE
Busto íbero tallado en piedra caliza
Siglo V y IV a. C.