La ultraderecha
avanza en la mayoría de los países miembros de la Unión Europea. No sé si la
causa es la misma en todas las naciones europeas, porque de nuestros socios
poco sabemos. Conocemos mejor la propaganda globalista de Hollywood y Nueva
York que el estilo y nivel de vida de nuestros socios europeos. Por tanto, me
limito a opinar sobre las posibles causas del auge de la ultraderecha en España
y que cuestionan nuestro modelo democrático.
Hay
modas que aparecen en un momento dado por múltiples causas, y con la misma
facilidad, desaparecen cuando son amortizadas por diversos intereses. Pero esto
de la ultraderecha no es una moda pasajera, está calando muy hondo en la
juventud española. Al margen de las ideologías políticas, y si queremos
comprender e interpretar este fenómeno, debemos buscar causas objetivas para
salvaguardar nuestro modelo político democrático.
El
sistema educativo español es complejo,
tiene partidarios centralistas y autonomistas, públicos y concertados, religiosos
y laicos, en definitiva, está más encorsetado y comprometido con los intereses
partidistas que con la formación de los estudiantes. Para equilibrar los
intereses políticos partidistas, la Historia reciente se margina, y la Política
es tabú. Los “expertos educativos” asimilan nuestro sistema político con la
laicidad. Nuestro sistema educativo es laico, y por tanto margina la religión.
Nuestro sistema educativo debe ser neutral, y se margina la Política. Grave
error. La educación laica puede justificarse por la libertad de religión y la
separación iglesia/estado. Pero el olvido de la Política en el sistema
educativo es sinónimo de ignorancia. Ignorar el Sistema Político Español, la
Constitución Española y los Tratados de la Unión Europea es dejar vía libre a
los caciques autónomos de la política y a los mercenarios a sueldo de las
élites económicas, tanto políticos como empresarios.
Nuestro
Estado social y democrático de derecho no es eterno, puede tener fin si no se
defiende, y la mejor manera de defenderlo es su divulgación. Al término de la
enseñanza obligatoria, los alumnos deben tener un mínimo de conocimientos
políticos para entender la gobernanza de la sociedad en sus diversos niveles,
poder participar en los asuntos públicos y votar con conocimiento de causa y plena
libertad. Tienen que saber diferenciar entre monarquía y república, entre
estado federal y estado centralista, entre nacionalismo político y nacionalismo
cultural, entre políticas económicas de oferta y políticas económicas de
demanda, entre gobernar con un programa político y querer gobernar sin
programa, entre gobernar para unos y gobernar para todos, entre señalar a un
chivo expiatorio culpándolo de todos los males de la sociedad y ocultar el
debate político para defender intereses privados...
Los
conocimientos políticos son positivos para diferenciar entre las opciones
políticas que se ajustan a nuestra sociedad occidental y las opciones
dictatoriales y populistas que persiguen un nuevo paradigma político de
convivencia. Pero esta divulgación política generalizada puede ser nociva para
ciertos actores políticos y económicos con mucho poder en Bruselas. Generalizando
los conocimientos políticos, la presión ciudadana europea pondría en peligro el
Sistema Político de la Unión Europea que no es democrático. Divulgación de la
Política en el sistema educativo SI o NO, este es el dilema a resolver, con permiso
de la UE y de la ultraderecha.
Firmado: Luis Perant
Fernández.